Historia del Bazar de la Misión Bazar de la misión católica de habla española en Ostermundigen

¡El proyecto fue lanzado en el año 1982 despegando como un cohete!

Los miembros mayores de la misión han creado algo que no hubiese sido predecible aún con la mejor de las intenciones. De una necesidad momentanea nació el Bazar de la misión como un hijo que al ir creciendo en estos 36 años se convirtiera en faro de esperanza para muchos necesitados.

Durante el año muchos feligreses están pendientes y siguen sus actividades. Así, en el año 1982 para el primer proyecto se recogieron 3'500.- fr para una ambulancia que necesitaba desesperadamente la congregación de Hermanas Agustinas en África. Siendo posible 26 años más tarde, donarles a ellas mismas 50'000.- fr para la sustitución de esta. Durante estos 36 años se ha ayudado en países como Burundi, Colombia, Cuba, España, Etiopía, Haití, Paraguay, Perú, República Dominicana, Sri Lanka y Zimbabwe.

Por ejemplo en proyectos de formación profesional para los jóvenes, de creación de trabajo para discapacitados, de comedores para niños, de ayuda para víctimas de terremotos o de casa de alojamiento temporal para familias o de instalación de obras como techos, paredes, servicios, cocinas, etc.

Para entender cómo fue posible que a partir de un grupo de inmigrantes de habla hispana haya surgido una organización de gran apoyo, vayamos a la época en que la misión de habla española estaba en Berna, en Frohweg, donde ahora es la sede de Kath. Berna, sobre los años 1967. Por cierto, en ese momento no había ni siquiera agua caliente allí. Los misioneros hacían todo lo posible para apoyar a los inmigrantes que habían venido aquí a trabajar pero ¡trabajar en Suiza de esa epoca, costaba lo suyo! Las condiciones de trabajo eran a veces muy precarias y todas las familias debían dejar a sus hijos durante los primeros 5 años con sus abuelos en España. Esta es una de las experiencias más dolorosas que han pasado estos primeros inmigrantes.

Después se sumaba lo difícil que era encontrar una vivienda digna, por lo cual vivían varias familias juntas en un piso. En tiendas de segunda mano se compraban todos los enceres como camas, muebles y ropa. A pesar de todo, por familia a final de mes quedaban sólo cerca de 20.-francos para ahorrar. La vida era muy difícil y tenían que trabajar durante muchas horas al día. Pero veían el uno por el otro para que a nadie le faltase algo. Los valores cristianos hicieron de estos primeros inmigrantes una familia.

Cuándo con el tiempo los locales de la misión se fueron poniendo más acogedores, se mudaron aquí las oficinas actuales de Kath. Bern. La misión española tuvo que pasar de Frohweg a la Mittelstrasse. Los hispanohablantes no se interpusieron a aquella mudanza, aunque ya la sede de la misión en Frohweg era para ellos como un segundo hogar. En ese entones, ni los misioneros lo tuvieron fácil. Sus misas de domingo eran ¡demasiado bien visitadas! E incluso al misionero de aquél entonces y hasta el año 2017 coordinador de las misiones españolas en Suiza, se le prohibió celebrar la santa misa cada domingo, a lo cual este respondió, cabe decirlo, “dando las gracias por el tiempo libre obtenido”.

Por aquella época ya un grupo de mujeres se reunía regularmente para hacer bricolage y la hermana agustina, quien coordinaba al grupo, les propuso venderlo para recoger dinero y ayudar a “más” necesitados. En 1982, como se mencionó anteriormente, fue el apoyo al primer proyecto, la ambulancia para África. Como de nuevo amenazaba una mudanza para la misión se hizo una grande resistencía y se obtuvieron en 1983 los locales actuales en Ostermundigen. No fue fácil para ellos renunciar a su "casa" para oficinas de Kath. Berna por segunda vez. Pero ya que estas tenían incluso una iglesia propia, antes llamada Guthirt y ahora El Buen Pastor, estuvieron finalmente muy contentos con su nueva “casa”. Las nuevas instalaciones en Ostermundigen ofrecían más espacio y, por tanto, también la posibilidad de llevar a cabo un Bazar más grande. Se ve pues, como la propia experiencia fue la motivación de estos primeros y dedicados miembros de la misión. Así se podría recoge más dinero para ayudar a otros “más necesitados”. Por ejemplo a quienes no tenían un techo sobre su cabeza, poco o nada para comer o vestirse, o para los que debido a las dificultades de transporte no lograban una atención médica. Hoy nuestro bazar está organizado como una asociación con miembros y estatutos. Cada miembro es el principal responsable de una tarea. Las tareas son: coordinación, mercado de pulgas, pastelería, espectáculos culturales, compras y contabilidad. Durante el año se organizan diversas actividades como eventos culinarios, aperitivos, café, chocolate y churros. Proyectos dignos de apoyo se recogen hasta finales de marzo, se examinan y se presentan a la comunidad en carteles. Un domingo después de la misa entre todos los feligreses se selecciona un proyecto. Es decir, que durante el año todos los feligreses que visitan las diferentes actividades son movidos por el motor de la solidaridad sin límites ya que sólo un mes antes se sabe exactamente cual proyecto será el beneficiado. El primer fin de semana de mayo tiene lugar el gran Bazar. Con antelación se comienza con las compras. Poco a poco y según haya buenas ofertas, se van llenando los sótanos de la misión con materiales y suministros para la gran fiesta. Un grupo de mujeres ordena cuidadosamente los artículos que van a ser vendidos en el mercado de pulgas: ropa, platos, artesanía, cuadros, juguetes, libros, películas. ¡El mercado de pulgas llena ya toda una sala parroquial! También ya desde dos semanas antes se empiezan a fijar lonas para techos y tiendas festivas, se arman bancas, mesas, puestos de venta y el escenario. ¡La fiesta ya casi comienza!. El sábado se ofrecen sardinas asasdas y churrasco. El domingo el famoso pulpo a la gallega no puede faltar. Igualmente hay paella, barbacoa y especialidades de países como Brasil, Colombia, México, la República Dominicana, Perú y Venezuela. Muchos feligreses traen tortas y pasteles para vender. Conocidos, amigos y residentes del barrio vienen a nuestra fiesta. El domingo a las 15h es un momento especial: grupos de baile, gaitas y ritmos latinos llenan el escenario. Para los niños hay juegos, piñata y caritas pintadas. ¡Amamos nuestro bazar! Cual refuerza la unidad de nuestra comunidad y la amistad entre los miembros. Es nuestro ágape, nuestra comida fraterna, como ya lo hacián los primeros cristianos y la que ya se menciona en los Hechos de los Apóstoles en la descripción de las primeras comunidades de Jerusalén, con el propósito de promover la unión entre las comunidades. En ellos, además de la oración y la comidas juntos jugaba el compartir de las experiencias personales de la vida un papel importante. Así también lo es para nosotros ¡Qué viva nuestro Bazar!

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